lunes, 11 de marzo de 2013

UNIZOMBIE Capitulo 4

EL escape


Todas las puertas estaban cerradas, ciertamente no teníamos dificultad para brincar el cerco, conseguí un auto, esta frente a rectoría–les comente–debemos irnos de aquí ya, el disparo seguro atraerá a mas zombis.
Dicho esto nos dirigimos rumbo a rectoría, en el lugar donde había matado a aquellos zombis, ahora estaban muchos de ellos, parecía como si el hecho de matar a alguno ocasionara la furia de los demás y solo buscaran venganza, pero no tenemos tiempo para esto, corrimos por el mismo camino que yo camine antes. Cuando estábamos frente a la biblioteca central, me detuve de golpe, sentía que debía de entrar, tal vez para despedirme de Luis, parecía que estaba vacía, así que entre, tanto Paula como Juan venían conmigo, las puertas automáticas aun funcionaban, entramos, avanzamos cerca de 5 metros cuando vimos el cuerpo de Luis tirado en el suelo, yo corrí hacia él, cuando estaba a punto de llegar, un zombi salió por la esquina, me detuve de golpe. Para mi sorpresa era Pamela, mi profesora del semestre pasado, nos había hecho la vida imposible, tareas de investigación de 10 hojas escritas a mano de un día para otro, trabajos finales que parecieran tesis, examen cada semana, era buena maestra, pero dejaba tarea en exceso.  Parecía que aún no notaba nuestra presencia, polilla comenzó a ladrar, el zombi se percató y comenzó a avanzar hacia nosotros, a pesar de todo, me caía bien, no era mala persona, pero no tenía más remedio, tome la espada y se la incruste en el entrecejo. No lo voy a negar, me dio un poco de satisfacción, no sé si por haberle hecho un tercer ojo, o por deshacerme de un zombi más. Saque la espada, la profesora Pamela cayó al piso, camine hacia Luis, aún estaba sobre el charco de sangre como lo dijo Juan, Paula se acercó a él, llorando, sabíamos que ellos se gustaban pero ninguno lo admitía, callo arrodillada, acaricio su frente, Luis, yo te amo–palabras que asombraron a Juan y a mí–yo te amo. Note que había cierta ira en el rostro de Juan, las palabras de Paula desataron  muchas emociones, y algo más, el cuerpo de Luis comenzó a moverse, se puso de pie, Paula estaba asombrada, pero cegada por su amor, como siempre ocurre, se acercó a Luis, tome mi pistola y le apunte, pero no podía jalar el gatillo, era Luis, mi amigo, Paula se acercaba a él, y Luis solo veía en ella un festín, no sabía qué hacer, estaba paralizado, era disparar al que era mi amigo, o perder a Paula. De pronto Luis se abalanzó sobre Paula, y un grito de terror de ella, hizo que mis músculos reaccionaran, fue como una inyección de adrenalina para mí, apreté el gatillo, Luis cayó.
Paula, aun con terror en su rostro, me grito, porque lo hiciste? Era Luis, yo lo amaba, mi amor hizo que se levantara–estaba histérica–mi amor hizo que se levantara¡ mi amor lo regreso a la vida¡. La tome de los brazos, y la mire fijamente, él no era Luis, tu amor no lo revivió, él era un zombi, él veía en ti comida y nada más. Ahora tenemos que irnos, ahora somos nosotros, tu, Juan, polilla y yo, y no permitiré que alguien más muera–mis palabras surtieron efecto–. Nos dimos la vuelta y nos asombramos al notar que en la puesta estaban ya demasiados zombis, era la única salida, y estaba bloqueada por los zombis, las puertas son automáticas, así que estaban entrando, no teníamos salida, por suerte, Juan noto unos casilleros lo suficientemente grandes para entrar en ellos, estaban en una de las salas de la biblioteca. Así que entramos los cuatro, cerramos, solo veíamos como pasaban los zombis por unas rendijas de ventilación. Uno de ellos entro a la sala, algunos lo siguieron, Paula iba gritar, pero le tape la boca con mi mano, y le hice el gesto para que guardara silencio. Estábamos en una situación verdaderamente difícil, estábamos atrapados, yo conté cerca de quince zombis, delos cuales vi que entraron trece, y 5 de ellos estaban en la misma sala que nosotros. Solo se me ocurrió una idea para salir de ahí, abrir la puerta del casillero y correr a toda prisa hacia la puerta. Se los comente a Juan y Paula en voz baja, no teníamos opción. Conté hasta tres y abrí la puerta, corrimos a toda prisa, la puerta estaba libre, estábamos a punto de salir de ahí, pero, las puertas no se abrían, era como si los zombis habían arruinado el sistema que abre las puertas, Juan utilizo su cuerpo para romper el vidrio, no sabía que tuviera esa decisión. Y salimos de ahí, una vez fuera, Paula noto que Juan tenia sangre, del golpe que dio se hizo una cortada en el brazo, tienes sangre en el brazo¡– Paula quiso tomar el brazo de Juan pero él lo aparto–déjame ayudarte. Tomo un poco de la tela de su blusa azul, que le quedaba muy bien, y decía que era su favorita, la puso sobre la herida de Juan en forma de venda, Juan no dijo nada, solo tenía una mirada que no se si era de enojo o preocupación. Listo– dijo Paula–por suerte mi papa es doctor y me ha enseñado un poco. Juan solo dio una leve sonrisa. Él no era así, siempre es muy alegre, ahora se notaba frio. Supongo que un apocalipsis zombi cambia a cualquiera. Seguimos nuestro camino, pasamos debajo de un árbol, y se escuchó un gruñido. Nos pusimos alerta, enfrente de nosotros cayo desde el árbol un zombi, se veía más ágil que los demás, tome la espada, polilla se abalanzó sobre él, un grito nos confundió, quítenmelo¡, un zombi no puede gritar eso, llame a polilla, cuál es su problema?–dijo el zombi, se quitó la máscara que llevaba, era Andrés, un excompañero del semestre pasado– casi me matan¡. Andrés no era de nuestro completo agrado, es sarcástico, egocéntrico, cree que todo gira alrededor de él, es agresivo, le gusta humillar a los demás. No se cómo lo soportan sus padres, supongo que el amor paternal es superior. Te podríamos hacer la misma pregunta–dijo Juan con un tono bastante agresivo–que no sabes por lo que estamos pasando?, y tu jugando bromas. Andrés retrocedió, que está pasando?, pues UNIZOMBIE eso está pasando,  y yo soy un zombi. Realmente no entiendes?–esta vez Juan sonó más agresivo incluso dio unos pasos hacia Andrés– estamos viviendo un desastre, María y Luis murieron, la mayoría de la UNISON está convertida en zombi, y claro tu como siempre, no te importa nadie más, solo tú mismo, mientras tu estés bien, todo está bien, solo te importa humillar a los demás, incluso en esta situación, que no te das cuenta de que a nadie le agradas?, todos estamos hartos de tu forma de ser, nadie te soporta¡. Valla que eso le llego a Andrés, claro, baja autoestima, todo eso era una máscara para que no vieran su verdadera identidad, vi cómo se agacho, y una lagrima cayó al piso. Lo siento–palabras que nunca pensé escuchar mejor dicho pensamos escuchar de Andrés–perdónenme, por favor, no es mi intención hacer esas cosas, yo solo–su voz era cortada–perdónenme,  por favor, yo, sé que ustedes no tienen la culpa, la culpa es de mi padre, él es quien tiene toda la culpa–su cara se llenó de ira–él es el culpable de todo lo que me pasa¡, él y su estúpido alcohol, le importa más esa botella que yo, y mi mama, oh mi mama, si vida es la estética, no duerme en ella porque no tiene cama, mi vida es terrible.
En ese momento Andrés se derrumbó, creo que nadie le había hablado como Juan lo hizo, como dije un apocalipsis zombi cambia a las personas, el alegre Juan ahora se veía frio, y el duro Andrés se veía tan frágil. Me acerque a él, animo–puse mi mano sobre su hombro–tenemos que salir de aquí, y cuando lo hagamos ve y busca a tus padres, abrázalos, tal vez aun estén vivos, tu que si puedes comprobarlo rápido–pues mi familia estaba muy lejos de aquí–puedes ayudarlos, el poder de la familia podrá hacerlo, solo cree en ti mismo. Dicho eso Andrés se repuso, gracias y perdónenme por favor.
Tenemos que irnos–dije– ya casi llegamos al carro. Avanzamos despacio, cautelosos. Llegamos a rectoría, la puerta estaba abierta, aquel enorme candado y cadena habían desaparecido. Salimos, subimos al auto, y nos fuimos, con rumbo a donde, no lo sabemos solo nos fuimos de ahí.

Imagen de ian

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